Hoy te quiero hablar sobre las actitudes más positivas en el trabajo, que te ayudarán a catapultar tu carrera profesional. Esto está muy relacionado con las habilidades de cada uno, con las aptitudes, pero se puede educar.
Temario
Diferencia entre aptitud y actitud
Antes de empezar a hablar sobre actitudes, hay que tener en cuenta que no son exactamente lo mismo que las aptitudes o habilidades, pero están muy relacionadas.
Cuando eres de cierta manera, desarrollas una serie de habilidades que están siempre en consonancia con tus creencias y forma de ser. Por eso mismo, cuando yo busco a un profesional con potencial me fijo mucho en la actitud que tiene.
No es lo mismo lo que sabes hacer (aptitud) que lo que estás dispuesto a hacer (actitud)
La actitud es la manera natural de reaccionar que tenemos muchos (aunque se puede entrenar, educar y cambiar). En el caso del ámbito laboral, muchas de estas actitudes con el tiempo también se convierten en aptitudes laborales, o habilidades que has desarrollado.
Es lógico. Te voy a poner de ejemplo a mí mismo: Si yo tengo la intención de ser un gran escritor divulgador, mi actitud me llevará a querer mejorar mi expresión escrita, y a buscar ese aprendizaje.
Mi actitud será, por tanto, la de siempre transmitir la información de la forma más entendible posible. Esto hará que esté mucho más abierto al cambio, escuchando cualquier aporte de mis clientes y derivando siempre en la máxima comprensión del lector.
La actitud laboral, que ahora forma parte de mi personalidad, alimentará también mi capacidad o aptitud para escribir y resolver los retos que enfrento, de manera que consiga mis objetivos y por supuesto los del cliente.
Como ves, tiene que haber una sincronía entre aptitud y actitud para que esto llegue a su máximo exponente.

Pero sin actitud, la aptitud no sirve de nada
Puedes tener mucha aptitud para un trabajo, pero sin actitud no sirve de nada. Volviendo de nuevo al ejemplo de la escritura, es como tener un talento abrumador escribiendo novelas, pero no esforzarse nunca al escribir. No editar, no pensar en nuevas ideas… ¿Acaso crees que Stephen King no tiene una buena actitud? Eso es precisamente lo que le ha llevado a ser uno de los autores más prolíficos de nuestra generación.
En otras palabras, la actitud es el modulador de cómo se expresan y desarrollan las habilidades. Las aptitudes, por otro lado, son solo la capacidad.
De esta manera, es normal encontrarse con personas que tienen un gran currículum o background, pero que fracasan en sus objetivos. Al final, lo que seguramente les falló, fue la actitud.
Por tanto, si tuvieras que centrarte en algo al 100%, trabaja en tu actitud laboral y nada podrá salir mal. El conocimiento vendrá con la experiencia y la formación, pero la actitud es mucho más difícil de educar si no lo has hecho ya desde un principio. A continuación te comento algunas claves que te serán muy útiles.

5 actitudes positivas en el trabajo
Antes de nada, debes saber que la mayoría de estas actitudes vienen dadas por defecto cuando amas tu trabajo, así que asegúrate de hacerlo, de lo contrario te será mucho más difícil conseguirlo. Recuerda que esta es también una de las claves para aumentar tu esperanza de vida, así que procura trabajar de algo que te guste.
Sea como sea, trabajar en tus actitudes requiere esfuerzo. Ahí van:
Aprende todo lo que puedas
Algo que siempre me ha servido es mantenerme motivado para intentar aprender todo lo que la empresa necesita que yo sepa, e ir un poco más allá. Si hay algo que aprender o aplicar (como una metodología de empresa) hazlo cada día, verás cómo lo irás interiorizando.
Moléstate en interesarte por cómo y por qué tu empresa trabaja de cierta forma. Tómate un tiempo extra en ver cómo se están haciendo las cosas y busca las respuestas a cualquier curiosidad que tengas. De esta forma, te sincronizarás con tu empresa.
Si aprendes mucho sobre tu empresa o área de trabajo, tendrás todas las de ganar porque cuando conozcas bien la situación, la misión y visión de la empresa, así como su contexto, en cualquier momento podrás aportar tu granito de arena en reuniones y demás. Eso te hará destacar y demostrará tu compromiso además de interés, cosa que se valora en un buen trabajador (y a mí me parece imprescindible).
No estoy diciendo que te conviertas en un workaholic y le dediques 20 horas diarias, pero dedica algo de tiempo a formarte, aunque sean 15 minutos al día, y se notará la diferencia. Sea este conocimiento sobre tu área de trabajo concreta o procesos del resto de la empresa.
Por supuesto, esto depende mucho de la situación. En mi trabajo, esta actitud positiva se traduce en investigar a mis clientes lo máximo posible y tratar de entender a la perfección el qué, el cómo y el porqué del artículo, antes de escribir la primera letra en el artículo. Si no hago esto, siento que estoy fallándoles. También puedo investigar el sector en mi tiempo libre, para conocer mejor los temas sobre los que tengo que escribir.

Crea nuevas oportunidades de crecimiento
Otra actitud que mejora notablemente la calidad de cualquier trabajador es cuando este aprende tanto sobre su empresa que empieza a pensar y crear propuestas de mejora.
Esto puede ser en forma de nuevas metodologías para optimizar el tiempo de trabajo, organización con colegas, aportar contactos que mejoren ciertos procesos, etc. El interés es el que realmente cuenta.
También puedes aportar soluciones a compañeros que se han quedado estancados. No te limites a tu área de trabajo y verás como ambos saldréis beneficiados.
No importa si sabes poco aún sobre tu empresa, esto es algo que seguramente aportará mucho a tus colegas
Proactividad
La palabra proactividad es una de mis favoritas en el entorno laboral. No es casualidad, y es que una persona que es capaz de anticiparse a los problemas y necesidades de sus clientes es un gran profesional.
Esto va ligado al interés por la propia empresa y por el trabajo. Para ser proactivo solo tienes que mantener siempre en mente posibles problemas que puedan ocurrir en un futuro, y mientras se te ocurren ir pensando en soluciones que puedes aplicar AHORA para que el problema no llegue a existir.
Es obvio que no en todas las áreas o zonas de trabajo tenemos la misma visibilidad de futuros acontecimientos, pero hay que tener esa actitud. Se trata, en realidad, de iniciativa para anticiparse a la demanda.
Esto es algo que mis clientes valoran cuando me animo a ir un paso más allá en mis artículos y añado un gráfico que he visto útil para complementar una explicación en un libro, o incluso proponer una palabra clave alternativa que resuelva mejor la intención de búsqueda original. Esto también se hace notar cuando comento con el cliente hacia dónde pretende ir con sus artículos, ya que a largo plazo podría haber problemas internos de SEO si no hace tal o cual cambio.
En un primer lugar me da la sensación de que me estoy tomando muchas libertades, o que me meto donde no me llaman, pero el cliente siempre lo ve como un aporte, como una iniciativa atrevida y positiva.
Siempre que veas una posible mejor solución asomando la cabeza, apuesta por ella sin pensarlo
Todo lo que aporte más valor a tu cliente desde su punto de vista, es lo que hay que hacer. Al fin y al cabo, siempre te contratan con un objetivo claro y conciso. Si beneficia a la otra persona, no hay un NO, y creo que vale más la pena pedir perdón por intentarlo que pedir permiso.

Ser honesto
La integridad es otro de esos valores que me gusta remarcar mucho en el mundo laboral. Lo sé porque cuando trabajo en contra de mis estándares mi rendimiento y calidad bajan en picado. Esa es una de las razones por las que el copywriting de un producto-estafa no se me daría muy bien, eso en el caso de que llegase a aceptar el pedido.
Por eso mismo creo que ser honesto (sin perder la educación) con los clientes es algo esencial. Di siempre lo que piensas a tus colegas y jefes, si es por el bien de la empresa o de su bienestar.
Eso sí, no uses la honestidad como arma para ir a la yugular. Nadie debería decir todo el tiempo lo que piensa, ya que las mentiras piadosas existen por algo. No hieras los sentimientos de los demás, y si tienes que decir algo que pueda ofender, dilo con el mayor respeto posible, y solo si realmente servirá para algo.
Conozco a muchas personas que dicen “yo lo siento, pero es que soy sincero” y a continuación te dicen algo que te duele, sin aportar realmente nada valioso o diferente al hecho de decir el mismo mensaje pero con educación. La educación sirve para algo, y eso es una justificación absurda de la falta de ella.
La sinceridad extrema no está justificada, esto es algo que explica muy bien mi colega Alberto Soler en este video:
No pierdas de vista tu humildad
Por mucho que mejores, por muchos escalafones que subas, nunca dejes de apreciar a tus compañeros. Ellos también se esfuerzan cada día en su trabajo e intentan ser las mejores versiones de sí mismos mientras padecen sus propios problemas e inquietudes personales. Valóralo y con ello mantén tus pies en la Tierra.
Son muchas las personas que suben peldaños en una empresa o trabajo y esto se les sube a la cabeza. Si esas personas empiezan a tratar a los demás como inferiores, probablemente no se merecían el ascenso.
Realmente, no hay nada más degradante que tratar a los demás como si fueran inferiores, solo porque han tenido una peor orientación o suerte en la vida. Esa persona podrías ser tú, no olvides que cómo trates a los demás será un reflejo de tu alma, de una manera u otra yo creo que te rebotará en la cara.
Asegúrate de centrarte en estas actitudes positivas en el trabajo que te he mencionado y verás cómo tu rendimiento se dispara. Mantén una buena actitud y todo vendrá, con el tiempo.