¿Te cuesta comunicarte con otras personas de una forma pacífica o, por lo contrario, no sabes decir que NO? Necesitas aprender a ser asertivo. Hoy te explico todos los secretos para conseguirlo.
Temario
La importancia de la asertividad
La asertividad es una habilidad social indispensable para desarrollarse bien en la vida en sociedad.
Una persona que no es asertiva es alguien que no sabe expresar sus emociones delante de otras personas de una forma equilibrada y con claridad. Esto se puede manifestar en forma de brusquedad y agresividad, o en forma de inhibición y miedo.
Si quieres ser feliz y saber responder ante personas que te hacen la vida imposible, necesitas aprender sobre qué es ser asertivo y los diferentes trucos para conseguirlo.
Antes de seguir, puedes averiguar si realmente eres alguien que domina la asertividad a través de un test de una web reconocida sobre psicología.
El test de asertividad de Rathus
¿Soy asertivo? Esta es una pregunta que se hace mucha gente cuando aprende lo que significa realmente.
Si quieres salir de dudas, hay un test llamado “Test de asertividad de Rathus” que fue creado precisamente para averiguarlo. Lo ideal es que este test te lo haga un psicólogo, por eso he encontrado un pequeño test online de asertividad que está basado en los mismos principios y puede ser mucho más sencillo y rápido de hacer.
Según la puntuación que saques, desde bajo, medio o alto, este será tu grado de asertividad. Si tu asertividad no es perfecta te recomiendo que sigas leyendo para conocer algunas claves o secretos que te harán tremendamente asertivo. Considéralo áreas en las que deberías trabajar.

Conductas defensivas
Gran parte de la posible asertividad que nos podría caracterizar se esfuma en cuanto empezamos a “ponernos a la defensiva”. Es normal que ante un ataque que nos provoca inseguridad necesitemos contra-atacar, pero nunca es la mejor solución y puede conllevar discusiones que solo nos harán más daño.
Debes trabajar en la seguridad que tienes en ti mismo y aprender a aceptar las diferencias que tienes con otras personas, no temerlas. No son una amenaza para ti. El tolerar estas otras formas de pensar te hará más fuerte.
La opinión de otras personas siempre será una oportunidad para enriquecernos como persona. Por ello, es totalmente contraproducente poner barreras. No existirá el conflicto, solo habrá un intercambio de opiniones. Nadie te estará obligando a hacer nada.

Aprende a enfrentarte a los problemas
A muchas personas les da miedo siquiera pensar en sus problemas. Parece que sean monstruos gigantescos que nos acechan, pero la realidad no es así.
No hay nadie que pueda hacerte tanto daño como tú mismo con tus pensamientos. Si hay algo realmente preocupante no son los problemas, si no cómo te los tomas tú. Esto no significa que debas dejar de pensar en tus problemas, si no que es mejor analizarlos con detalle.
“Los problemas ya no serán tu centro de atención y los enfrentarás de una forma mucho más eficiente, controlada y asertiva.”
Una persona asertiva no permitirá que un pequeño problema se convierta en una gran montaña que le destroza el día. Es muy importante saber hasta dónde llegan los problemas, para poderlos delimitar.
Deberemos saber separar también el contexto, entendiendo que si es un problema con alguna persona no deberíamos estar preocupados todo el tiempo que no estemos cerca de ella.
Pon unos límites a tu preocupación y notarás una gran diferencia en tu día. Los problemas ya no serán tu centro de atención y los enfrentarás de una forma mucho más eficiente, controlada y asertiva.

No ataques: explica cómo te sientes
Esta práctica es una de las mejores formas de saber si alguien es asertivo (o lo intenta), ya que es de las partes más contra-intuitivas de esta forma de enfrentarse a los problemas.
Cuando alguien nos ofende con su acción o inacción y queremos llamarle la atención sobre ello, solemos centrarnos en lo que ellos han hecho mal y lo subrayamos para que destaque bien.
Entonces, es cuando conseguimos que esta persona se sienta atacada, un poco como si le hubieran faltado al respeto, y naturalmente intenta defenderse, normalmente provocando una reacción en cadena. Tal vez con otros reproches hacia nosotros y haciendo que todo se desarrolle en una discusión sin fin.
Sin embargo no es la única forma de encarar un problema, y eso la gente asertiva lo sabe muy bien. Podemos usar la empatía para solucionar cualquier problema (luego, si la otra persona no tiene empatía, que los hay, no será problema tuyo).
Esto consiste en dejar de hablarle sobre ellos y empezar a hablarle sobre ti y tus sentimientos. Dile cómo esta situación te está afectando, cómo te hace sentir. Será difícil que la otra persona no intente ayudarte y que todo acabe en discusión, aunque eso también dependerá de si la otra persona es tóxica.
También es recomendable que cuando quieras hablar con esa otra persona le ofrezcas ayuda. Tu empatía también será positiva para evitar discusiones. Las personas, al menos a mí me gusta creer, en el fondo son buenas y si no están haciendo algo que deben normalmente no es porque sí.
Por ejemplo, imagina que alguien de tu grupo de trabajo en la universidad no hace nunca su parte. Cuando decidáis encararlo, en vez de entrar en un conflicto plantearos explicárselo de una forma asertiva: “Mira, Rubén, ayer hablamos entre todos los del grupo y estamos de acuerdo en que últimamente nos sentimos muy frustrados, tristes y estresados porque las tareas que te damos a ti en los últimos días no se han hecho. ¿Te pasa algo? ¿Hay algo en lo que te podamos echar un cable? Dínos Rubén, tal vez te podemos ayudar.”
Créeme que es muy poco probable que ese tal Rubén explote en cóleradespués de este ofrecimiento de buen entendimiento y apertura de sentimientos.
Practícalo también con tu pareja, que seguro será una de las personas a las que más empatía despiertas.

Defiende tus derechos
Todo lo anterior que te he comentado no quiere decir que debas dejarte por debajo de otras personas. Al contrario, lo que nos interesa es estar siempre a la misma altura que los demás.
La asertividad conlleva equilibrio de carácter, lo cual quiere decir que si tienes que decir un rotundo NO a personas o momentos insoportables, lo hagas con elegancia y firmeza.
No debes tolerar faltas de respeto, ya que esa es la base de las relaciones sanas. Dignifica tu ser, porque te mereces ser querido y respetado. Si alguien no te respeta a pesar de defenderte, considera acabar con vuestra amistad.
Al defender tus propios derechos y defender también el de los demás, acabarás siendo alguien respetuoso que despierta el mismo respeto en los demás. Al final, serás alguien que la gente reconocerá como asertivo; una persona equilibrada.