¿Sabes todo lo que hay que saber cobre la convivencia entre perros y gatos? En este artículo recopilo algunos de los mejores consejos sobre el tema, yendo más allá de lo típico que se recomienda por internet (y que no es del todo correcto) para que no vuelvas a tener problemas a la hora de que dos mascotas de naturaleza tan distinta convivan en tu hogar.
Verás que la convivencia entre gatos y perros es más sencilla de lo que parece
Estos son los factores más importantes que debes de tener en cuenta:
Temario
Conoce su lenguaje corporal
El lenguaje corporal de perros y gatos es contrario en muchos sentidos. Por ejemplo, cuando el gato mueve la cola bruscamente lo hace para expresar un tipo de inquietud negativa, y hasta significa un aviso previo al ataque. En el caso del perro, aunque aún no está claro, el movimiento de la cola se asocia a intranquilidad, que normalmente será positiva.
Por tanto, a rasgos generales podríamos decir que para un gato el movimiento de la cola será algo malo, mientras que para el perro será bueno. Es posible ver cómo un perro se muestra amistoso con un gato y este lo rechaza bruscamente, habiendo leído señales contradictorias. Recuerda también las señales de calma en perros, y verás que algunas de estas pueden ser todo lo contrario en el caso de un gato.
Tienes que conocer esto para entender bien a tus mascotas, no solo para hacer presentaciones, sino también para adaptarte a sus necesidades en cada momento.
Te explicaré cómo deben ser las presentaciones para que se lleven bien desde el primer momento, pero antes es importante que tengas en cuenta sus diferencias específicas e individuales:

Diferencias en naturaleza social
Hay una cosa que quiero que te quede muy clara: El perro es un animal social, gregario, que necesita vivir en un grupo para sentirse bien. Su apego está en el núcleo social, en su grupo familiar.
En el caso del gato, es un animal más bien solitario (a menos que estemos hablando de gatos de colonia, que suelen estar compuestos por hembras, crías y algunos machos) que además suele tener un apego especial por el territorio, no por las personas que viven en él.
Por tanto, aquí puedes ver una diferencia en intereses y necesidades bastante distinta. Para el perro, las relaciones sociales son vitales, mientras que para el gato son algo secundario. No es raro ver cómo el gato rechaza cualquier interacción con el perro, aunque claro, esto también dependerá de cada animal.

Diferencias individuales
No está bien generalizar. Más allá de sus condiciones como especie, que ya son evidentes para ti, cada animal puede haber nacido con genes distintos, o ha vivido experiencias que han cambiado su carácter.
Por eso mismo, algunos de los factores que más influyen en la convivencia entre perros y gatos son:
- Edad: Cuando un animal es jovencito, sobre todo si está pasando por su período de socialización, es más que probable que acepte y se adapte bien a nuevos inquilinos en casa. No importa si es un gato o un perro. Lo contrario ocurrirá si el animal es muy mayor y ya no está para hostias, no está para aguantar tonterías.
- Experiencias previas: Hay gatos a los que les encantan los perros, y perros que ya han convivido con gatos antes, y que entienden su comportamiento. Es igual de importante en el caso contrario: Si estamos hablando de gatos callejeros, lo más probable es que hayan tenido muy malas experiencias con los perros, y les tenga pavor a estos (por todos los ataques que pueden haber sufrido).
- Genética: De nacimiento, un gato o un perro puede ser más o menos arisco. Esto es algo muy variable e influirá seguro en este tipo de experiencias.
- Estado de ánimo: Para que dos animales convivan bien, es importante que estén de buen humor. Para lograrlo, debes evitar hacer las presentaciones en un mal momento. Nada de hacerlo cuando estás en medio de una mudanza (estresante sobre todo para gatos), cuando ocurre algo que da miedo (obras o petardos) o cuando uno de los dos animales se siente débil (enfermedades o situaciones complicadas).
Preséntalos correctamente
Como ya te he adelantado antes, las presentaciones son vitales en una futura relación entre gatos y perros, que van a tener que convivir.
Dependerá de quién es esa nueva mascota, y tendrás que adaptarte a sus necesidades:

Llega un gato a casa
No sé si recordarás el artículo que escribí sobre la convivencia entre gatos, pero el gato es complicado como nuevo inquilino.
Como te decía, para el gato lo importante es el territorio. Esto significa que, para evitar que se sienta inseguro durante las presentaciones (y se estrese una barbaridad después del traslado), antes de hacer cualquier cambio en su vida tienes que presentar a tu perro en el lugar donde suele vivir el gato.
Aprovecha también la importancia que los gatos le dan al olfato, presentándole prendas impregnadas con el olor del perro. Puedes hacer lo mismo con el perro, antes de que se vean o incluso una temporada después (justo antes de la llegada a casa), para que se acostumbren mutuamente al olor del otro antes de convivir. Será una forma de convertir ese olor en algo familiar y cercano.
Durante las presentaciones, no fuerces nada, y deja que el gato sea quien decida cuándo, cuánto y cómo acercarse al perro. Teniendo esto en cuenta, el perro tendría que estar bien controlado para evitar cualquier problema.

Llega un perro a casa
En el caso de los perros como nuevo inquilino, a menos que se trate de uno agresivo, me parece una introducción mucho más sencilla. Al fin y al cabo, no es casualidad que los perros sean los principales protagonistas de algunas de las amistades interespecie más asombrosas.
El gato se encontrará en su terreno, y a menos que se ponga agresivo tendrá total control sobre el mismo, cosa que le dará seguridad (un buen punto de partida). En los peores casos, se sentirá invadido al principio y puede que se esconda o ataque, pero el perro será el que estará más estresado y para él será importante formar vínculos con su nuevo entorno, aunque esto signifique soportar algún que otro zarpazo.
Como te decía antes, el tema de usar prendas impregnadas de olor también puede funcionar muy bien con los perros.
Aprovecha también el poder que tienen los premios sobre la motivación del perro para que este se sienta más a gusto en casa, y úsalos para comunicarte con él.

Organiza el hogar para la convivencia entre perros y gatos
Es importante que aparte de unas buenas presentaciones tengas también en cuenta las necesidades de ambos animales para que choquen lo menos posible y la convivencia sea lo más fluida posible.
Esto se logra siguiendo estos principios:
Que coman por separado
¿No has oído hablar nunca de cómo el perro siempre acaba prefiriendo la comida del perro y a la inversa? Esto puede ser una fuente de conflicto, algo que quieres evitar.
No dejes que el gato y el perro coman al mismo tiempo ni en el mismo lugar. Se pueden molestar y estresar mutuamente. La comida es de esas cosas intocables.
Juguetes bien repartidos
De forma parecida a lo que ocurre con la comida, el perro y el gato deben tener juguetes propios y distintos. No querrás que se peleen por el mismo peluche, te lo aseguro.
A cada animal le tocarán unos juguetes y eso deberá ser sagrado para que no haya confusiones. En el caso de que los compartan a propósito, será señal de que se toleran muy bien, pero no es lo que ocurre siempre.
No despiertes los celos
En el caso de los perros, sobre todo, es común sentir celos del gato. Al fin y al cabo, este es un mecanismo natural que les permite evitar que se les deje de lado en el grupo, y es algo sano hasta cierto punto.
Cuando veas que tu perro se pone celoso no dejes que esto afecte a su relación con el gato y deja de provocarlo. A riesgo de estar consintiendo demasiado a tu perro, si hace falta acaricia al gato fuera de la vista del perro. Aunque lo más recomendable sería que el perro se adaptase a esa situación, aprovechando la ocasión para educarlo.
Zonas propias
Sobre todo por el gato, es importante que este tema una zona íntima (que normalmente encontrará él mismo) en la que el perro no pueda molestarlo. Si el perro es pequeño, no será muy difícil de encontrar, pero si estamos hablando de un perro grande que llega a todos lados… lo mejor es que el gato tenga algún rincón o habitación donde no se lo pueda molestar.
Con esos ratos de soledad, el gato tendrá la oportunidad de descansar cuando se sienta exhausto o agobiado, y mejorará la convivencia con el perro (y, por qué no decirlo, también con humanos).
Esto es, en líneas generales, todo lo que creo que hay que saber con respecto a la convivencia entre perros y gatos. Asegúrate de seguir mis consejos como experto y verás cómo tus mascotas se van a llevar estupendamente.